La semana pasada, Federico, un amigo inteligente, me explicó la diferencia entre lo que significa tener un Problema o un Dilema. “Un problema tiene una solución concreta, por ejemplo cuando tenés sobre peso sabés exactamente que tenés que hacer para que eso deje de ocurrir. Sin embargo, cuando estás frente a un dilema, tenés más de una solución posible y la disyuntiva está presente, porque si elegís el camino “X” te trae ciertos beneficios, pero también consecuencias, y si tomás el camino “Y”, también sucede lo mismo” me aclaro Federico. En ese momento, le pedí a Federico que me dé un ejemplo concreto sobre el Dilema, y pasó a graficar con un relato bíblico y me dijo:
“Cuando Moisés y el pueblo judío se encontraban frente al mar rojo no sabían que hacer, tenian varias opciones:
1) Suicidarse; 2) Volver a Egipto, pedir disculpas al Faraón y continuar siendo esclavos y 3) Emprender una lucha armada frente a los egipcios, lo cual no era una opción válida debido a la enorme potencia del ejército egipcio, 4) Simplemente sentarse y rezar. Claramente estaban frente a un dilema, cualquiera de las opciones que tomen traería consecuencias negativas para el pueblo.
Entonces, Moisés va a hablar con Dios y le plantea la situación, a lo que Dios le contesta: vos tenés un objetivo claro, tenés que seguir adelante. Y así fue como el pueblo de Israel no tomó ninguna de las tres situaciones que relaté arriba. Optaron por otra salida, que no estaba entre las opciones que analizaron en un comienzo, una salida distinta, diferente a todas las que habían analizado”.
En numerables ocasiones, dentro de los cuatro ámbitos sobre los cuales trabajamos con las Familias Propietarias de empresas (Familias, Empresas, Sociedad y Patrimonio) nos encontramos ante una situación que los agobia, los perturba, sabemos que si toman tal o cual salida, tendrán resultados complejos. Por tanto, ante éstas situaciones nuestra recomendación, como consultores, es trabajar en la generación de una comunicación eficiente donde se pueda plantear el escenario que les apremia dentro de un marco donde cada integrante tenga la oportunidad de exponer libremente y manifestar su propuesta debidamente argumentada, proceder al debate, para luego pasar a la resolución del tema de manera consensuada.
Este tipo de conversaciones facilita muchísimo el aprendizaje y sobre todo a crecer como grupo familiar, como fuerza única, donde se busque construir escenarios posibles y analizar entre todos una salida que quizás no sea la sugerida por el padre, la madre o el líder del grupo, no necesariamente la opción por la que se opte debe ser algo que siempre se hizo, o lo que hace la competencia, sino lo que como familia construyan como mejor alternativa, después de un proceso de debate y un consenso.
Opinión: Verónica Drelichman- Drelichman Abogados
Ver la noticia completa: https://www.5dias.com.py/2019/02/cuestiones-de-empresas-de-propiedad-familiar-problema-o-dilema/