En esencia, el cooperativismo es un sistema socioeconómico, por el cual un grupo de personas se asocia voluntariamente aportando sus bienes, servicios o productos con el fin de lograr beneficios para todos sus integrantes y para la comunidad en la que viven. Su principal objetivo no es el lucro sino la satisfacción de necesidades individuales y colectivas y su ley fundamental es la igualdad entre sus miembros, pues todos tienen los mismos deberes y derechos. ¿Cómo se originó este sistema de peculiares rasgos? En el contexto de la Revolución Industrial, en pleno siglo XIX, surgen los primeros atisbos del movimiento cooperativo, enmarcados, en sus inicios, como entidades de ayuda mutua con orientación a conseguir bienes de consumo para sus asociados con mejores condiciones de precio o para producir y canalizar su producción hacia el mercado, fuera de toda participación de intermediarios, de tal forma a optimizar su rentabilidad. Entre los primeros grandes pensadores del movimiento cooperativo se citan al inglés Robert Owen, al francés Charles Fourier y al alemán Friedrich Wilhem Raiffeisen, quienes sostenían que la cooperación solidaria entre los individuos se erigía en alternativa eficaz para obtener la satisfacción de sus intereses individuales y colectivos. La primigenia bandera del movimiento cooperativo estaba representada por los siete colores del arco iris que aludía a la diversidad y esperanza. El rojo simbolizaba el fuego y amor que armonizan a las personas; el naranja denotaba un amanecer de gloria; el amarillo el color del sol que brinda la luz y da calor y vida; el verde la esperanza; el azul la ilusión; el azul marino el valor que nos mueve a buscar nuevos horizontes y el violeta que conlleva la humildad y la virtud.
En el año 1995 la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) resolvió cambiar la tradicional bandera del cooperativismo por una bandera de fondo blanco con un arco iris que se rompe para transformarse en palomas en vuelo.
La primera cooperativa fue creada en el año 1844 en Rochdale, Inglaterra, por un grupo de obreros de una fábrica textil conformado por 27 hombres y una mujer, bajo la denominación de “Sociedad de los Probos de Rochdale, aportando cada integrante una libra esterlina. Con los fondos obtenidos, estos primeros “cooperativistas” adquirieron alimentos al por mayor para destinarlos al consumo de sus familias, buscando así defender sus magros ingresos de los abusivos costos de las mercaderías. El sistema aplicado por estos trabajadores de Rochdale revolucionó la práctica comercial de producción y distribución de los artículos de consumo y, muy pronto, dicho sistema se extendió a otras áreas de la actividad económica humana. Los beneficios y efectos de las primeras prácticas cooperativas rápidamente ganaron notoriedad pública y ante los resultados evidenciados, experiencias similares, empezaron a brotar
Opinión: Abogado Gerardo Stockel -Drelichman Abogados
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