Paraguay es un entorno cada vez más competitivo, donde la creación de nuevos emprendimientos empresariales forman parte del auge y crecimiento constante del mercado, el activo más valioso de estos emprendimientos es la marca que lo representa, por lo que contar con un buen nivel de protección de marcas, es imprescindible. Al mencionar una marca, no solamente estamos enunciando palabras, si no, mas bien es el reflejo de un negocio, la forma de diferenciarse entre los competidores, y así mismo, el respaldo que garantiza la calidad del producto o servicio ofrecido. Al iniciar un emprendimiento apuntamos a obtener el mayor alcance posible, por lo que erróneamente, se hace una importante inversión en publicidad, cartelería, página web, redes sociales, etiquetas, entre otros productos de merchandising con el nombre de la marca sin antes obtener el registro de la misma. El primer paso al seleccionar una marca, deberá ser proteger la denominación elegida solicitando el registro ante la Dirección Nacional de Propiedad Intelectual, proceso que se realiza mediante la representación de un profesional abogado con matricula de Agente de la Propiedad Intelectual. El Registro de una Marca otorga al titular el derecho exclusivo a utilizar la denominación registrada y a su vez impedir que terceros comercialicen productos idénticos o similares que puedan crear confusión en los consumidores. La Vigencia de la marca tendrá una duración de 10 años y podrá ser renovada, por períodos consecutivos de igual duración. Sobre la marca pueden concederse licencia de uso a otras empresas, lo que representaría una fuente adicional de expansión y por tanto de ingresos, como igualmente pueden ser objeto de acuerdos de franquicia. El importe alcanzado en estas transacciones nos da una indicación del valor financiero que aún siendo un componente intangible, constituyen, en muchos casos, una parte fundamental del capital de la empresa. Un cliente satisfecho de la calidad de un producto o servicio seguirá adquiriéndolo basándose en las expectativas de calidad que reposan en la marca conocida. Si un competidor adopta una marca similar o idéntica, los consumidores podrían comprar por error el producto del competidor. Esto no sólo disminuirá las ganancias de la empresa y confundirá a sus clientes, sino que dañará su reputación e imagen, especialmente si los productos rivales son de calidad inferior. Lo relatado hace referencia a lo que conocemos como el valor intangible de la empresa. Generalmente la marca no es un elemento que figura en un balance de la empresa, pero sin su valoración estaremos ofreciendo una imagen incompleta de la misma. La idea se centra en que las marcas son activos que no se deprecian, si no más bien, adquieren valor con el tiempo, siempre y cuando estén bien gestionadas. Podemos observar el impacto que tienen las marcas en los rankings de valoración, donde se toma en cuenta la actuación financiera de la marca, su influencia en el comportamiento del consumidor y el poder de permanencia que tiene en relación a su competencia. En un entorno económico tan competitivo como el actual, es de vital importancia, que los consumidores identifiquen correctamente y asocien la marca, al valor de la confianza, que es la clave para el éxito.
Opinión: Abogada Rosa Estigarribia - Drelichman Abogados
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